miércoles, 8 de marzo de 2017

Las Sin Sombrero

Mi poema

He sido
Una humilde bailarina de flamenco.
En un pueblo antiguo del sur.
Después de los ensayos paseaba por la playa.
Las olas, bastas rocas.
Y los barcos viejos varados en la orilla espumosa.
He consumido los minutos del reloj en la arena
de tacones y volantes. Junto a caracolas
de porcelana verde agua hasta perder el oro.
No he innovado nada.
No logré trofeo alguno.
A eventos no acudí.
Reconocimientos y enhorabuenas
nunca escuché.
Poca experiencia para tan grandes objetivos.
Pequeñez estresante para preocupaciones infinitas.
Y enfurecida ha manado, como flores en la Luna,
el ramo colorido, vehemente, vivo,
-buen legado íntimo- que tiene el poder
de completar de bailes tan desesperado fracaso.

Lidia Barreal Agís

A partir de "He sido" de María Cegarra Salcedo

He sido:

He sido
Una sencilla profesora de química.
En una ciudad luminosa del sureste.
Después de las clases contemplaba el ancho mar.
Los dilatados, infinitos horizontes.
Y los torpedos grises de guerras dormidas.
He quemado mis largas horas en la lumbre
de símbolos y fórmulas. Junto a crisoles
de arcilla al rojo vivo hasta encontrar la plata.
No he descubierto nada.
No tengo ningún premio.
A Congresos no asistí.
Medallas y diplomas
nunca me fueron dados.
Minúscula sapiencia para tan grandes sueños.
Pequeñez agobiante para inquietudes tantas.
Y rebelde ha surgido, como agua en desierto,
el manantial jugoso, intenso, apasionado,
-dulce herencia entrañable- que tiene la riqueza
de llenar de poesía tan honda desolación.




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