Mi poema
He sido
Una humilde
bailarina de flamenco.
En un
pueblo antiguo del sur.
Después
de los ensayos paseaba por la playa.
Las olas,
bastas rocas.
Y los
barcos viejos varados en la orilla espumosa.
He consumido
los minutos del reloj en la arena
de tacones
y volantes. Junto a caracolas
de porcelana
verde agua hasta perder el oro.
No he
innovado nada.
No logré
trofeo alguno.
A eventos
no acudí.
Reconocimientos
y enhorabuenas
nunca escuché.
Poca
experiencia para tan grandes objetivos.
Pequeñez
estresante para preocupaciones infinitas.
Y enfurecida
ha manado, como flores en la Luna,
el ramo
colorido, vehemente, vivo,
-buen
legado íntimo- que tiene el poder
de completar de bailes tan desesperado fracaso.
Lidia Barreal Agís
A partir de "He sido" de María Cegarra Salcedo
He sido:
He sido
He sido
Una
sencilla profesora de química.
En una
ciudad luminosa del sureste.
Después
de las clases contemplaba el ancho mar.
Los
dilatados, infinitos horizontes.
Y los
torpedos grises de guerras dormidas.
He
quemado mis largas horas en la lumbre
de
símbolos y fórmulas. Junto a crisoles
de
arcilla al rojo vivo hasta encontrar la plata.
No he
descubierto nada.
No
tengo ningún premio.
A
Congresos no asistí.
Medallas
y diplomas
nunca
me fueron dados.
Minúscula
sapiencia para tan grandes sueños.
Pequeñez
agobiante para inquietudes tantas.
Y
rebelde ha surgido, como agua en desierto,
el
manantial jugoso, intenso, apasionado,
-dulce
herencia entrañable- que tiene la riqueza
de llenar de poesía tan honda desolación.
de llenar de poesía tan honda desolación.